4/09/2024.-
Es una opinión más. Total, ya se ha dicho todo lo que se tenía que decir sobre el atropello que se ha consumado con el nombramiento de José Luis Escrivá como nuevo gobernador del Banco de España. La pobreza de la calidad democrática española sigue creciendo.
Pero, hay otro aspecto en este nombramiento que replica fielmente uno de los clásicos errores de gestión que, no por más repetido con frecuencia, debe quedarse atrás. Si algo funciona, y funciona bien, a satisfacción generalizada, con resultados empíricos -comprobables- ¿porqué cambiarlo?
El anterior gobernador, Hernández de Cos, ha contribuido a recuperar y demostrar el valor de la institución a lo largo de su mandato. Desde esa perspectiva institucional, todos sabemos que reconstruir una reputación es una tarea hercúlea donde solo vale actuar cumpliendo rigurosamente con sus funciones (la misión en este caso), expresándose con la máxima honestidad intelectual y moral (los valores) y ofreciendo total transparencia en sus actuaciones y manifestaciones.
También sabemos que un banco central nacional no es cualquier cosa, que su papel hoy está limitado, que su cabeza es el BCE, pero que, a la vez, es imprescindible como garante del análisis independiente, desapasionado y riguroso de las políticas económicas de los gobiernos de turno. Ese es uno de sus incentivos institucionales, el de contrapeso autorizado y solvente frente a esas políticas fáciles de corto plazo que suelen dejar las economías en mal estado.
Hernández de Cos ha contribuido a recuperar el prestigio y la buena reputación del BdE después del infausto mandato de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, tiempo ha llevado con otro gobernador puente de por medio como Luis de Linde, y ha procurado siempre mostrarse, además de todo lo anterior, extraordinariamente didáctico en sus manifestaciones públicas y privadas, dentro de la prudencia habitual que debe mantener el cargo.
En el camino, ha estado acompañado de Margarita Delgado como subgobernadora, quién ha desempeñado su trabajo con la misma brillantez y reconocimiento. El ticket conjunto ha sido muy bien valorado donde debía serlo y dados los resultados, su candidatura a gobernadora era una de las mejores alternativas, por no decir la mejor.
Curiosamente, por si no se recuerda, Delgado fue la candidata por parte del partido socialista en esa regla no escrita de que el Ejecutivo propone al gobernador y la oposición al subgobernador.
Superado el factor “partido”, Margarita Delgado hubiera sido una muy digna sucesora de la línea independiente que ha recuperado para el BdE ese prestigio y buena reputación. Es decir, no había que cambiar nada, salvo los ajustes propios personales de la nueva gobernadora, para seguir funcionando bien y hasta muy bien.
Por supuesto, la razón Escrivá es puramente política y su argumentario -a pesar de su contrastada capacidad teórica-técnica- débil e insostenible. Si hay que escarbar en los ejemplos de Portugal y Austria y como sus gobiernos distinguen escrupulosamente lo que son ellos de lo que son sus Estados, se escarba.
Al final, estamos ante un ejemplo de libro de crisis reputacional institucional de origen. Un caso que va a tener una solución compleja y duradera. A pesar de que es necesario brindar el obligado período de cortesía. Una crisis reputacional de origen solo por cambiar lo que ya funcionaba, y bien, por un capricho ideológico totalmente evitable.
PD. Y añado una curiosidad más: ¿en esta ocasión no servía una mujer sobradamente preparada?