El pasado mes noviembre tuve la oportunidad de dirigir el acto “La empresa andaluza ante la cuarta revolución industrial” que, patrocinado por BBVA, tuvo lugar en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía.
El acto incluyó un coloquio entre José Manuel González Páramo y José María O´kean, en el que ambos analizaron con precisión los desafíos de las empresas y las instituciones con la confianza como “piedra angular”.
Desde el punto de vista de la comunicación estratégica -y en realidad desde cualquier punto de vista- la confianza es algo difícil de ganar y fácil de perder cuando los hechos nada tienen que ver con los discursos.
Una vez más, la confianza es clave de bóveda y especialmente en este “cambio cultural en el que estamos”, como apuntó González Páramo, para quién su falta de comprensión suele obedecer a las resistencias a admitir que gestión y gobernanzas caminan en nuevas direcciones y, muy en especial, con nuevos liderazgos.
Liderazgos reales, no impostados, porque no es necesario recordar y repetir constantemente que se ostenta el poder para legitimarse. Sinceros, o capaces de ser transparentes y mantener sus compromisos, y honestos, éticos dentro y fuera de sus ámbitos personales y profesionales.
No es un mantra: el cambio cultural de esta cuarta revolución industrial se asienta sobre la recuperación de los valores, sobre su distinción y disquisición en un mundo complejo y lleno de amenazas -las referencias a la ciberseguridad que hicieron ambos da para mucho más que una simple mención y aún así es obligada- en el que la desinformación y la distorsión de la realidad son moneda corriente.
Los valores, fundamentales
Los valores son fundamentales para construir el “círculo virtuoso en el nuevo escenario”, según González Páramo, un círculo virtuoso que utilizó para referirse a la gobernanza y la gestión y que trasladado en mi modesta opinión a la visión desde la Comunicación, quedaría así:
“Si somos creíbles, por lo que hacemos y no por lo que decimos, seremos confiables; si somos confiables, las personas nos escucharán, y depositarán en nosotros sus expectativas; si manejamos sus expectativas con acierto y transparencia, mejorarán nuestros beneficios tangibles y ganaremos en reputación; y si mejoramos beneficios y ganamos en reputación, iremos ampliando mercado y generaremos empleo y bienestar social.”
Siempre, la confianza.