La reciente presentación del informe anual de la Fundación Cotec incide en una de las asignaturas pendientes de la economía española: la inversión pública en I+D, que creció por debajo del PIB por sexto año consecutivo. ¿Tiene ideas distintas el nuevo Gobierno respecto a la innovación?
Dice el informe sobre la innovación en España más esperado cada año que “de las cinco grandes economías de Europa, España es la única que no ha recuperado los niveles de ejecución de gasto en i+d del sector público ni del empresarial previos a la crisis“. Y lo dice con “el dato”: en 2016, último año reseñado, la inversión española en I+D se situó en el 1,19 por ciento mientras que la referencia, el PIB, alcanzó el 3,3 por ciento.
La relación trae el desequilibrio de lejos, por ejemplo desde 2010, cuando ya estábamos sumidos en plena recesión y la economía española no registró variaciones, (cero, ni frío ni calor, que diría un castizo) con un año anterior, 2009, en el que cayó el 3,6 por ciento -un bajón muy abrupto- y tres posteriores, 2011, 2012 y 2013, en los que acumuló un retroceso del 5,6 por ciento. Los años más duros en décadas.
En efecto, el Informe de la Fundación Cotec, es una de las referencias más importantes sobre la Innovación en España y, aunque presentado hace unas semanas, cobra valor tras el cambio de Gobierno, ya que, tradicionalmente, una de las líneas estratégicas de los programas económicos socialistas ha sido la innovación.
Para entender mejor los datos hay que contextualizarlos y España tiene un gasto en I+D tres veces inferior a 2010, y, casi, la mitad de la media europea. Ese 1,19 por ciento, está por debajo del 1,40 de 2010 y del 2,03 de Europa. Nuestra última inversión contrastada (2016) fue de 13.300 millones de euros.
Objetivo 2020
El objetivo de España para 2020 es que ese gasto llegue al dos por ciento del PIB y recorte sustancialmente la distancia con la media europea. Sin embargo, los expertos son escépticos. Por ejemplo, desde Deusto Business School y la Fundación I+E Innovación, que presentaron el pasado mes de marzo el documento I.D.E.A.S. (Iniciativas para el Desarrollo de una España Avanzada y Sostenible).
En el acto, la presidenta de la Fundación, Helena Herrero, declaró que “necesitamos un nuevo modelo de país que ilusione dentro y fuera de España, y en eso estamos de acuerdo las instituciones y los agentes económicos y sociales. Pero ya no basta con decirlo, sino que es el momento de pasar la acción”.
En este mapa del documento Ideas, se aprecian perfectamente las ventajas y desventajas competitivas en materia de Innovación, donde ganan estas últimas en comparativa con otros.
La distancia de la Innovación
En una línea muy similar, el también tradicional Informe sobre la Innovación en España de EAE Business School, reitera que las distancias se ensanchan. Rafael Fraile, su autor, destaca que “la distancia en I+D+i con Europa, que aumentó durante la crisis, no sólo no se reduce, sino que crece”.
No obstante, hay algún apunte positivo, por ejemplo en nuevas patentes, que crecieron en 2017 marcando un nuevo máximo histórico al alcanzar las 1.676 solicitudes ante la Oficina de Oficina Europea de Patentes (OEP) por tercer año consecutivo.
Pero todos los expertos coinciden en que es imprescindible y urgente un fuerte impulso. Como apunta Javier Quesada, presidente ejecutivo de la Fundación Premios Rey Jaime I, “la I+D+i genera productos novedosos, mejora nuestra salud e impulsa la economía”. Más que una cuestión de cambio de patrón de crecimiento, es un cambio de estrategia país.